01 octubre 2014

OBESIDAD III. Consecuencias para la salud

Figura 1.- La obesidad está asociada a un gran
número de complicaciones para la salud
En el artículo "OBESIDAD I. La epidemia mundial del desarrollo" comentábamos el por qué debemos hacer un esfuerzo como sociedad y como individuos para disminuir los niveles de obesidad en el mundo. La razón no es otra que para evitar la muerte temprana. No se trata de algo abstracto, al contrario, las causas de este mayor riesgo de muerte son el resultado de una serie de complicaciones para la salud que vienen asociadas a la obesidad. Aquí les explicamos algunas de estas complicaciones.



 En el citado artículo se incluían dos gráficas construidas a partir de los datos de un estudio llevado a cabo en 1.46 millones de personas y publicado en 2010 y que ahora unificamos en una. No es el único, pero el gran número de personas estudiadas lo hace destacar. Si miramos de nuevo podemos ver que el riesgo de mortalidad aumenta según lo hace el índice de masa corporal o IMC a partir del valor de 25. Por esta razón, este valor se utiliza como máximo para el rango de peso normal. Pues bien, el riesgo de mortalidad aumenta en paralelo al IMC, sin límite, sin techo máximo. De esta forma, una persona con un IMC de 37 tiene aproximadamente el doble de riesgo de muerte que una persona en el rango de peso normal.

Figura 2.- Riesgo de muerte según el valor del Índice de Masa Corporal (IMC) en hombres y mujeres de 19 a 84 años, que nunca han sido fumadores. Gráfica construida con los valores tomados de la referencia 1

A continuación queremos mostrarles algunas de las razones que contribuyen a que las personas obesas gocen, en general, de peor salud, lo que se ve reflejado en un mayor riesgo de mortalidad.


SISTEMA CARDIOVASCULAR

Figura 3.- El corazón es el gran afectado
por el exceso de peso
Está confirmado con multitud de estudios que las personas con obesidad tienen un riesgo aumentado de problemas cardiovasculares. En esta relación hay dos componentes. Por un lado, el mayor riesgo de hipertensión en individuos obesos. Por otro lado, un componente independiente que muestra que la obesidad en sí misma es un factor de predicción de este tipo de eventos, sin mediación de patologías relacionadas (hipertensión, colesterol sanguíneo elevado).





La obesidad es un factor de predicción de la enfermedad de las arterias coronarias, mientras que el cociente cintura/cadera está asociado con riesgo de infarto de miocardio en todo el mundo. La prevalencia de fallo cardiaco en personas obesas es el doble que en personas de peso normal y también los accidentes cerebrovasculares son más frecuentes, junto con las arritmias y la muerte súbita.

La obesidad abdominal está estrechamente asociada a la hipertensión. De hecho, las estimaciones indican que al menos dos tercios de los casos de hipertensión se deben a la obesidad. La prevalencia de hipertensión aumenta de forma progresiva según lo hace el índice de masa corporal (IMC) y la misma relación se da con la circunferencia de la cintura y el cociente cintura/cadera. El riesgo de hipertensión difiere en hombres y en mujeres. Mientras que en hombres con obesidad abdominal es entre el 21 % y 27 %, en las mujeres es algo mayor (37 – 57 %).


Algunos estudios han profundizado en la relación obesidad-hipertensión y nos dan algunos detalles. En un gran estudio realizado en Estados Unidos, “Nurses’s Health Study”, se observó que las mujeres que perdieron al menos 5 Kg de peso vieron reducido su riesgo de sufrir hipertensión. Al contrario, una ganancia de 25 Kg de peso aumentó 5 veces el riesgo en un periodo de 14 años. Algunos estudios sugieren, además, que las personas con obesidad podrían responder peor a los fármacos para reducir la hipertensión. 


SISTEMA MÚSCULO-ESQUELÉTICO

Figura 4.- Las personas con obesidad sufren problemas
del sistema músculo-esquelético con mayor facilidad
Las personas con obesidad tienen un balance de peso corporal distinto y en consecuencia modifican su forma de andar para tratar de compensarlo y mantener la salud del esqueleto con el extra de peso. Sin embargo, les resulta más difícil recuperar el equilibrio tras una pérdida de estabilidad y el riesgo de sufrir tropiezos y caídas es mayor. Además, los mecanismos de adaptación pueden llevar, a largo plazo, a problemas en el sistema músculo-esquelético.





Durante un periodo de 10 años o más, las personas obesas son más propensas a desarrollar osteoartritis en la rodilla. De hecho, este riesgo aumenta de forma continua con el índice de masa corporal (IMC). La osteoartritis es motivo de dolor especialmente en personas obesas, quienes sufren también más de dolor en la zona baja de la espalda. La osteoartritis afecta a las articulaciones y especialmente al cartílago, que al desgastarse favorece el roce entre los huesos. En consecuencia, se produce dolor, hinchazón y peor juego en la articulación.

Figura 5.- El desgaste del cartílago en la rodilla es muy habitual en personas
con exceso de peso.  La imagen de rayos X es Copyright RSNA
El desarrollo óseo en niños obesos también se ve afectado. De la misma forma que en casos anteriores, el IMC sirve de indicador de esta relación: a mayor IMC, menor densidad de masa ósea. El ejercicio físico puede ser un determinante importante en esta correlación inversa, puesto que los niños obesos realizan menos actividad física, lo que contribuye a esa menor densidad de masa ósea. Esta situación aún no se ha demostrado en personas adultas, aunque los resultados hasta el momento indican que también en adultos la resistencia ósea está deteriorada.

COMPLICACIONES METABÓLICAS

La obesidad es una de las principales fuerzas motoras que impulsa el constante incremento en la incidencia del Síndrome Metabólico. Éste aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular aterosclerótica y diabetes tipo 2. Hipertensión arterial, intolerancia a la glucosa (pre-diabetes), niveles alterados de colesterol y triglicéridos en sangre y obesidad central (abdominal) son los criterios principales para el diagnóstico del Síndrome Metabólico. La relación entre obesidad y enfermedades cardiovasculares ya la hemos comentado en este artículo. En cuanto a su relación con la diabetes, 90 % de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen obesidad o sobrepeso. De hecho, el 60 % de los casos de este tipo de diabetes pueden atribuirse directamente a un exceso de peso.


Figura 6.- Signos fundamentales incluidos en la mayoría de los criterios sugeridos para el diagnóstico
del Síndrome Metabólico

La obesidad es un factor de riesgo indiscutible para sufrir diabetes tipo 2, especialmente la obesidad abdominal, y este riesgo aumenta a la vez que lo hace el exceso de peso. Como ya comentamos en su momento en el artículo “Síndrome Metabólico: la epidemia del siglo XXI”, la obesidad produce resistencia a la insulina que puede evolucionar a diabetes tipo 2. En la resistencia a la insulina, el páncreas es capaz de producir esta hormona en respuesta a niveles altos de glucosa (por ejemplo, tras una comida) con la intención de que éstos disminuyan; sin embargo, el resto de tejidos que deben captar esta glucosa de la sangre funcionan peor, por lo que el páncreas debe aumentar su producción de insulina para que finalmente estos tejidos cumplan con su función. Mientras el páncreas pueda soportar este exceso de trabajo, no hay mayor problema; sin embargo, cuando éste falla, que puede ser por varias razones, se desarrolla diabetes tipo 2. Esta evolución sucede con mucha frecuencia en personas con exceso de peso, de ahí su relación con esta enfermedad.


La relación entre obesidad y el Síndrome del Ovario Poliquístico (PCOS, SOP) ya la comentamos en un artículo anterior. Este síndrome tiene un componente metabólico fundamental, la resistencia a la insulina, aunque no todas las mujeres con PCOS la sufren. Una situación similar se da con la obesidad, en la que el  40 % de mujeres de Estados Unidos con PCOS no son obesas. Sin embargo, está demostrado que la ganancia de peso empeora los signos clínicos de este síndrome.



CÁNCER

Figura 7.- Lazos representativos de distintos
tipos de cáncer
Dado el incremento en el riesgo de mortalidad de las personas obesas y que el cáncer es una de las principales causas de muerte en general, era de esperar la hipótesis de que la obesidad pudiera ser un factor de riesgo para sufrir cáncer. En general, esto es cierto y la obesidad sí está relacionada con una mayor incidencia de cáncer. Ya de forma específica, esta relación depende del tipo de cáncer y de otros parámetros como el sexo.


El exceso de grasa aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon, mientras que el cáncer rectal es mucho menos sensible a este parámetro. Los datos indican que la relación entre sobrepeso / obesidad y cáncer de colon es más estrecha en hombres que en mujeres. Por su parte, el riesgo de cáncer de mama en mujeres depende del momento de su vida en el que se adquiere el exceso de peso. Si es durante las etapas tempranas de la edad fértil de la mujer (premenopausia), no hay correlación entre obesidad / sobrepeso y cáncer de mama en general, aunque hay una excepción con un tipo específico de cáncer (aquellos negativos para los receptores de progesterona y estrógenos). Sin embargo, cuando la ganancia de peso importante se da en etapas tardías de la premenopausia o ya durante la postmenopausia, el aumento del riesgo de cáncer de mama ya sí es evidente. Según los estudios, esta relación es menor en mujeres que siguen terapia hormonal sustitutiva. En cuanto al otro tipo de cáncer específico de las mujeres, el de endometrio, el riesgo es mayor, de nuevo, en mujeres postmenopáusicas.


Figura 8.- Tipos de cáncer asociados a un exceso de peso
Otro tipo de cáncer que ha sido estudiado es el renal, donde el índice de masa corporal es un factor de riesgo, aunque no está claro que existan diferencias entre hombres y mujeres. En el adenocarcinoma de esófago, por su parte, parece influir más la grasa presente en la zona abdominal que la general distribuida por todo el cuerpo. 


OTRAS COMPLICACIONES

Son muchas otras las consecuencias para la salud que podrían estar asociadas al exceso de peso, aunque en algunos casos son poco más que hipótesis. Las personas obesas sufren más de enfermedades del hígado, concretamente hígado graso de origen no alcohólico. La incidencia puede ser de un 60 – 80 %, subiendo al 100 % en personas con obesidad mórbida. Alteraciones del sueño como apnea obstructiva del sueño, enfermedades renales crónicas e incluso alteraciones de la función cognitiva pueden ser otras complicaciones que acompañen a una persona obesa e impidan que pueda disfrutar de una buena calidad de vida.


REFERENCIAS

1.- "Body-Mass Index and Mortality among 1.46 Million White Adults". A Berrington de Gonzalez y otros autores. 2010. N Engl J Med, 363:2211-9. (enlace)

2.- Instituto Naciola de Artritis y Esfermedades musculoesqueléticas y de la piel (National Instituteof Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases)
3.- “Obesity, functional mobility and quality of life”. M Forhan, SV Gill. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 129–137
4.- “Metabolic complications of obesity”. SD Pedersen. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 179–193
5.- “Gastrointestinal complications of obesity: Non-alcoholic fatty liver disease (NAFLD) and its sequelae”. T Karlas, J Wiegand, T Berg. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 195–208
6.- “Obesity and cancer – The update 2013”. H Boeing. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 219–227
7- “Impact of obesity on cardiovascular health”. M Chrostowska, A Szyndler,
M Hoffmann, K Narkiewicz. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 147–156
8.- “Urogenital complications of obesity”. A Morandi, C Maffeis. Best Practice & Research Clinical Endocrinology & Metabolism 27 (2013) 209–218



IMÁGENES

- Figura 1.- Tomada del siguiente enlace 

- Figura 2.- Gráficas construidas con los valores que se incluyen en la referencia 1 (enlace).

- Figura 3.- Tomada del siguiente enlace
- Figura 4.- Tomada del siguiente enlace
- Figura 5.- La imagen de rayos X es Copyright 2014 Radiological Society of North America (RSNA)
- Figura 6.- Imagen representativa de la obesidad central tomada de 'Promoweb'
Imagen representativa de la hipertensión arterial tomada de 'A.M.E.N. salud'
Imagen representativa de los triglicéridos tomada de 'abc'
Imagen representativa de la intolerancia a la glucosa tomada de 'Clohed cirujanos
- Figura 7.- Tomada del siguiente enlace
- Figura 8.- Imagen representativa del colon: copyright ADAM y tomada de MedlinePlus
Imagen representativa de la mama: modificada de Patrick J Lynck en Flick
Imagen representativa del endometrio tomada del Instituto Bernabeu
Imagen representativa del esófago: tomada del siguiente enlace
Imagen representativa de la obesidad: tomada del siguiente enlace