29 enero 2013

Óvulo y espermatozoide: un amor para toda la vida (1ª Parte)



Espermatozoides sobre el endometrio
Figura 1.- Espermatozoides
sobre el endometrio del útero.
Autores: Fawcett y Phillips
Es probable que cuando oímos que sólo un espermatozoide fecunda un óvulo, nos imaginamos el super-espermatozoide, maratoniano, capaz de romper barreras por llegar al óvulo y que, además, bloquea la entrada a cualquier competidor. Puesto así, suena a la gran historia de amor; pero, ¿qué hay de ficción en todo esto? ¿Qué proceso debe tener lugar para que un espermatozoide fecunde un óvulo?














Cuando se libera un óvulo del ovario a la trompa de Falopio, éste lleva asociado material procedente del folículo de Graaf (imágenes de la ovulación en humanos). En su parte más externa, se encuentra la corona radiada o “cumulus ooforus”, que es una cubierta formada por una matriz extracelular rica en ácido hialurónico en donde se encuentran embebidas células de la granulosa. A continuación, y en dirección hacia el óvulo, se encuentra la zona pelúcida, también formada por matriz extracelular formada mayoritariamente por cuatro tipos de proteínas (glicoproteínas). Entre la zona pelúcida y la membrana del óvulo se encuentra el espacio perivitelino, donde se localiza el primer cuerpo polar, resultado de la división celular parcial (meiosis I) que ha tenido lugar durante el desarrollo del óvulo.



El óvulo compañado del primer cuerpo polar, la zona pelúcida y la corona radiada
Figura 2.- El óvulo y los componentes que lo rodean tras su liberación del folículo.
En la fotografía de la derecha, el ADN está teñido en azul.


19 enero 2013

Lactancia, el gran vínculo entre madre e hijo




Lactancia materna
[Anton Nossik en Wikipedia]

De todos es sabido que las glándulas mamarias de una madre producen leche mientras le dé lactancia a su hijo. Sin embargo, si elige no hacerlo, en cuestión de días, deja de producirse leche. Parece un mecanismo lógico para ahorrar esfuerzo si ésta no va a servir para alimentar al bebé. De modo que son la propia madre y su hijo quienes deciden si ella produce leche o no. Pero, ¿de qué manera se comunican los deseos de la madre/hijo a las glándulas mamarias para que produzcan o no leche materna? La clave está en la propia acción de succionar que hace el bebé sobre el pezón de la madre. Y la oxitocina y la prolactina son las hormonas fundamentales en todo este proceso.
 




Morfología de la mama y sus partes
Figura 1.- Morfología de la
mama y sus partes. [Modificado
de Patrick J Lynck en Flickr]
Las glándulas mamarias crecen y se desarrollan durante el embarazo para poder llevar a cabo la importante función que les espera tras el parto: alimentar al recién nacido. A este crecimiento y desarrollo contribuyen los estrógenos, la progesterona, la prolactina, la hormona del crecimiento (GH) y los glucocorticoides. La estructura interna de cada glándula mamaria tiene 15-20 lóbulos organizados en forma radiada. Cada lóbulo contiene glándulas secretoras de leche denominadas alvéolos. La leche producida en los alvéolos drena hacia los ductos en espera de la succión del pezón por parte del bebé. Por lo tanto, son necesarias tres acciones para la lactancia: producción, secreción y expulsión de la leche.








La prolactina y la oxitocina son hormonas secretadas por la pituitaria (hipófisis), en el cerebro. Los niveles de ambas hormonas aumentan en la sangre a lo largo del embarazo y están implicadas en diferentes aspectos del mismo. Ambas regulan la lactancia tras el parto, pero la oxitocina tiene una función extra: aumentar las contracciones uterinas que provocan el parto. De hecho, la oxitocina sintética se administra con este fin.



09 enero 2013

¿Cuándo acaba esto?

StopHasta el momento hemos estudiado características generales de las hormonas, qué son y cómo funcionan. Además, empezamos a estar familiarizados con algunas de ellas y lo que provocan. Recordemos que las hormonas son mensajeros químicos que transmiten información entre diferentes tejidos con un fin concreto: restaurar la normalidad después de haberse producido una alteración que ha afectado a nuestro cuerpo. Pero, ¿qué pasa cuando ya se ha respondido a esa alteración? ¿cuándo y cómo se le pone fin?










El objetivo del sistema endocrino no es otro que el de mantener la homeostasis. Se define ésta como la conservación de condiciones relativamente estables en nuestro cuerpo. Podemos entenderla como el equilibrio que existe en nuestro organismo que permite que éste funcione correctamente. Gracias a la homeostasis el medio interno del cuerpo permanece estable a pesar de los cambios que ocurren dentro y fuera de él. Esto es fácil de entender si ponemos un ejemplo: la temperatura corporal se mantiene estable, alrededor de los 37ºC, a pesar de las variaciones de la temperatura exterior. Para que esto sea así, todos los sistemas del cuerpo contribuyen de alguna manera a la homeostasis y todos ellos tienen mecanismos homeostáticos.






El sistema endocrino y el nervioso regulan la homeostasis
Figura 1.- El sistema endocrino y el nervioso son los dos sistemas principales que regulan la homeostasis y para ello utilizan las neuronas y los impulsos nerviosos respectivamente como herrramientas.