30 mayo 2013

Óvulo y espermatozoide: un amor para toda la vida (3ª parte)


Desarrollo del embrión tras la fecundación
Figura 1.- Desarrollo del embrión a lo largo de su viaje
por la trompa de Falopio. Modificado de Ttrue12 en
Wikimedia Commons
Tras la fertilización, el zigoto-embrión (denominado 'conceptus') permanece aún en la trompa de Falopio durante aproximadamente 72 horas. En ese tiempo, el zigoto de 1 célula con 46 cromosomas, consecuencia de la fusión de los pronúcleos masculino y femenino, duplica su ADN y se divide en 2 células (pinchar aquí para ver el proceso que tiene lugar hasta la formación del zigoto). Éstas a su vez en 4 y así sucesivamente hasta el estado de mórula (12 células o más) que crece y se convierte en blastocisto. Al mismo tiempo que se desarrolla el embrión, éste viaja por la trompa de Falopio en busca del útero. Por su parte, el endometrio se prepara para la implantación del embrión.




Desarrollo in vitro de un óvulo fecundado hasta la mórula y blastocisto
Figura 2.- Desarrollo in vitro de un óvulo de ratón fecundado hasta el estadio de blastocisto. Se puede apreciar el paso por las diferentes etapas: desde el zigoto de 1 células hasta el blastocisto. Tomado sin modificaciones de la figura 3 de Li et al. 2013 (ver referencias).

11 mayo 2013

Óvulo y espermatozoide: un amor para toda la vida (2ª Parte)

En una entrada anterior habíamos descrito los eventos imprescindibles para que pudiera tener lugar la fecundación del óvulo por un espermatozoide (enlace). En ésta continuamos describiendo el complejo y maravilloso proceso de fecundación e implantación del embrión.  

En la ovulación, el óvulo es liberado del folículo donde se ha desarrollado y abandona así el ovario. Las fimbrias lo capturan y lo depositan en la trompa de Falopio, a través de la cual viaja hasta llegar al útero (puedes ver un vídeo pinchando aquí). Este óvulo tiene una vida de 12-24 horas. Si en este tiempo se encuentra con espermatozoides que ascienden por las trompas como resultado de la cópula, puede dar lugar a la fecundación o concepción. Habitualmente ésta se produce en la ampolla de la trompa de Falopio. Sólo unos pocos espermatozoides liberados durante la eyaculación son capaces de alcanzar el óvulo en esta zona tan alejada de la entrada de la vagina.

El istmo, el infundíbulo, las fimbrias y la ampolla de la trompa uterina son partes de las trompas de falopio
Figura 1.- Diferentes partes de las trompas de Falopio

03 mayo 2013

La herramienta celular que recibió el Premio Nobel en 1992



Hay que reconocer que en algunas ocasiones los méritos por los que los laureados reciben el premio Nobel son difíciles de entender para el ciudadano de a pie. Éste puede ser el caso del Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1992, otorgado a Edmond H. Fischer y Edwin G. Krebs. Sus descubrimientos estaban relacionados con la fosforilación reversible de proteínas como un mecanismo biológico regulatorio. En palabras más sencillas: descubrieron uno de los mecanismos que las células utilizan para responder a una alteración que viene de fuera. Y fue en los años 50.

Edmond H Fischer y Edwin G Krebs
Figura 1.- Laureados con el Premio Nobel de
Fisiología o Medicina de 1992.

En entradas anteriores ya explicamos que las hormonas son mensajeros químicos necesarios para que nuestro cuerpo responda de forma adecuada a diferentes alteraciones, ya sean de origen interno o externo, y pueda funcionar correctamente (enlace). Cuando llegan a las células que deben poner en marcha la respuesta, las hormonas interaccionan con receptores específicos, que de esta forma se activan y ponen en marcha el mecanismo necesario para que se dé esa respuesta (enlace). 

La hormona activa su receptor en la célula y éste pone en marcha un mecanismo que produce una respuesta
Figura 2.- La interacción de la hormona con su receptor provoca la activación de éste, lo que pone en marcha un mecanismo de señalización intracelular que da lugar a la respuesta celular adecuada.