24 noviembre 2012

El ciclo que mantiene nuestra especie (Ciclo Menstrual)

ICSIGracias a las imágenes de las técnicas de fertilización in vitro, estamos más o menos familiarizados con los óvulos y los espermatozoides. Ese óvulo y ese espermatozoide han recorrido un largo camino de maduración hasta estar listos para procrear. Pero, para que nuestra especie se reproduzca hace falta algo más que dos células en un acto de intimidad. Hace falta que el útero esté listo para acogerlos y ayudarles a crecer y desarrollarse. Y esto tendrá lugar porque el cerebro así lo quiere y gracias a todo un arsenal de hormonas.


Figura 1.- Fertilización in vitro for inyección del
espermatozoide. Copyright Clinica e centro de pesquisa
em reprodução humana Roger Abdelmassih.


Comparación del tamaño de un óvulo y un espermatozoideMás allá de cuestiones sexistas que a veces acompañan a las hormonas femeninas, lo cierto es que gracias a ellas se mantiene la especie. De modo que procedamos a las presentaciones: hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), hormona estimulante del folículo (FSH), hormona luteinizante (LH), estrógenos y progesterona.


Figura 2.- Comparación del tamaño de un
óvulo (en rojo) con una cabeza de alfiler (en azul).



20 noviembre 2012

Hormonas y el Premio Nobel de Química 2012


Modelo de un receptor acoplado a una proteína G
El Premio Nobel de Química 2012 ha sido galardonado a dos investigadores que con su trabajo han permitido conocer el funcionamiento de los receptores acoplados a proteínas G (GPCR). Así escrito parece algo ajeno a la vida diaria; sin embargo, se estima que la mitad de los medicamentos que utilizamos actúan a través de uno de estos receptores. Conocer su mecanismo implica poder controlar sus efectos y diseñar nuevos medicamentos más efectivos y sin efectos secundarios.


Figura 1.- Receptor GPCR en azul, con la hormona en amarillo, interaccionando con la proteína G, en gama de rojos-marrones. Copyright The Royal Swedish Academy of Sciences.

 



MensajeroCualquier alteración en nuestro cuerpo provoca una respuesta que tiene como misión corregir o subsanar dicha alteración para volver a alcanzar el equilibrio que permite a nuestro organismo funcionar correctamente. Esto es posible gracias al complejo sistema de mensajería que ha desarrollado nuestro cuerpo en el que las hormonas actúan de mensajeros entre los diferentes tejidos. Las hormonas llevan a cabo esta función gracias a la presencia de receptores específicos que transmiten su mensaje y ponen en marcha la respuesta adecuada. Hay varios tipos de receptores y uno de ellos son los receptores acoplados a proteínas G (GPCR).



12 noviembre 2012

Hormonas a sus receptores!! Cada oveja con su pareja

Receptor de estrógenosLas hormonas son mensajeros químicos que mandan señales de unos tejidos a otros con el fin de obtener una respuesta. Ahora bien, una vez en el tejido de destino, ¿qué pasa? ¿qué lenguaje utilizan las hormonas para transmitirle su mensaje? Lo hacen utilizando sistemas de señalización complejos que empiezan con un receptor. Y una de las características fundamentales de todo el proceso es la ESPECIFICIDAD, que asegura que el mensaje recibido sea precisamente el enviado y así poner en marcha la respuesta adecuada.




Un RECEPTOR es una molécula, habitualmente una proteína, que se pone en funcionamiento al unirse su ligando. Un receptor no se une a cualquier molécula, sino que tiene especial afinidad por unas de ellas, de las cuales se dice que son sus LIGANDOS. Esto no quiere decir que se una exclusivamente a esas moléculas, sino que lo hace de forma preferencial. Por ejemplo, el receptor de estrógenos es específico para estradiol; sin embargo, también interacciona con otras hormonas como el estriol, para el que tiene afinidad media, o la testosterona, por la que tiene baja afinidad (unas 10000 veces menos que por el estradiol).


Modelo ilustrativo de la relación receptor-hormona
Figura 1.- Modelo ilustrativo de la relación receptor-ligando.



07 noviembre 2012

"Menos dosis - más riesgo: la paradoja" en Naukas.com

En el artículo “Falsas hormonas: los disruptores endocrinos” te contábamos que estos compuestos interfieren con la función de las hormonas naturales en nuestro cuerpo. Eso hace que alteren el fino equilibrio en el que se basa el funcionamiento de nuestro organismo, por ejercer funciones inapropiadas en lugares y momentos inadecuados.

Algunos de estos compuestos se comportan de forma peculiar, de modo que concentraciones bajas producen más efecto que niveles más elevados. Se habla de curvas no monotónicas porque más dosis no significa más efecto. Este tipo de comportamiento lleva de cabeza a toxicólogos y resto de investigadores del campo porque supone un reto para establecer las dosis máximas que son seguras y no suponen un riesgo para la salud. En Naukas.com encontraréis un artículo en el que se trata este tema: “Menos dosis –más riesgo: la paradoja”. Es importante tener en cuenta que este tipo de comportamiento no solamente se da en disruptores endocrinos, sino también en multitud de moléculas propias del organismo.